1. Vierte la sal en el agua y mueve hasta disolver por completo.
2. Agrega las fresas, reposa por 30 minutos y escurre.
3. Enjuaga las fresas en agua potable.
4. Escurre y corta el rabito de las fresas.
5. Coloca sobre toallas absorbentes para retirar el exceso de agua.
Tip: Si es necesario cambia las toallas para retirar toda el agua.
6. Para guardarlas, coloca un poco de papel absorbente en un recipiente hermético, coloca las fresas, tapa y refrigera
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